Patatas fritas al montón con pimientos

Receta: Patatas al montón

Las patatas:

Cocidas, guisadas, fritas, asadas, con alioli, con aceite de oliva, con mayonesa, con picante, como... quieras, con ... lo que quieras, con hambre y sin ella, ...tú sólo, o ...con quién quieras.

 ¿Qué decir, a estas alturas, de la patata?

Solanum tuberosum, es decir: “patata”; o, en Canarias y parte de Andalucía, “papa”.
Fue introducida en Europa, desde América del Sur, de manos de los conquistadores españoles, y a día de hoy en pocos hogares, por no decir en ninguno, se encuentra ausente. Pues esa es la patata, la Solanum, casi imprescindible en la cocina, presente en el picoteo y fiel acompañante de lujo en guisos y entre otras viandas.

Y ahora:

 Vamos a entrar en materia, elogiando a esta estrella, la patata, acompañándola con una corte de pimientos verdes fritos y un huevo, por supuesto, frito.

Sugerencia del cocinero

A todo este conjunto se le puede poner una buena magra de jamón con su tocino y un porrón de tinto al uso.

Ingredientes:

1 kilo. de patatas
4 pimientos verdes “cascudos”
Medio vaso -de los de agua- de aceite de oliva
sal




Elaboración:

Lavamos, pelamos y partimos las patatas en rodajas de medio centímetro, les ponemos un poco de sal y las dejamos escurrir cinco minutos. Mientras lavamos, secamos y partimos los pimientos en trozos de regular tamaño y reservamos.




Ponemos una sartén al fuego -fuego medio- con el aceite de oliva, añadimos las patatas que voltearemos con una paleta de madera para mezclar bien con el aceite, tapamos la sartén, y las dejaremos freír unos 20 minutos, dando vuelta de vez en cuando para que no se agarren al fondo, pero cuidando no trocearlas en ningún caso, o lo menos posible. A media cocción ajustamos de sal.




Cuando estén las patatas, les escurrimos parte del aceite en otra sartén que pondremos al fuego con los pimientos, añadiendo algo más de aceite si fuera necesario. A fuego medio y tapada la sartén, freiremos los pimientos, dando vuelta de vez en cuando y sazonando de sal a mitad de fritura.

Recuerda: el punto de las patatas, es vital, igual que el de los pimientos, es decir: jugosos, jugosas, y “rubios” unos y rubias otras.
Si freímos unos huevos al gusto de cada comensal queda redondo el plato.

Entradas populares de este blog

Cabeza de cordero asada

Caldillo de espárragos trigueros.

Sesos revueltos